
Impacto y respuesta de chile a los “aranceles recíprocos”
Hace 4 meses

Cómo Chile planea enfrentar los desafíos económicos
El 2 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, introdujo un amplio plan de aranceles recíprocos que provocó conmoción en los mercados financieros y en las economías globales. El plan superó ampliamente las expectativas previas al imponer aumentos arancelarios a 185 socios comerciales de EE.UU., apuntando especialmente a los países con superávit comercial frente a Estados Unidos. Entre los más afectados estuvieron China (con un arancel del 34%), la Unión Europea (20%), Corea del Sur (25%), Japón (24%), India (26%) y Tailandia (36%).
Por otro lado, países como Argentina, Brasil, Perú, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Reino Unido y Chile fueron objeto de un arancel universal más moderado del 10%, efectivo a partir del 5 de abril. La inclusión de Chile en esta categoría más baja fue inesperada, ya que las proyecciones del mercado anticipaban un 25%, con los diferenciales de precios del cobre COMEX-LME sugiriendo un 15%. A pesar de tener un tratado de libre comercio con EE.UU. desde 2003, Chile fue sometido unilateralmente a este arancel. No obstante, el país emergió como un «ganador relativo», ya que sus principales exportaciones —incluyendo cobre, minerales industriales y ciertos productos forestales— quedaron exentas del impuesto ad valorem del 10%.
Históricamente, Chile ha seguido una estrategia comercial centrada en vender a China mientras se abastece de productos desde Estados Unidos y Europa, una dinámica que se ve reflejada en el actual esquema arancelario.
En el ejercicio fiscal de 2024, las exportaciones FOB totales de Chile alcanzaron los US$99.200 millones, de los cuales el 16% (US$15.600 millones) se dirigieron a Estados Unidos. A su vez, Chile importó un 19% de sus bienes desde EE.UU., equivalentes a US$14.800 millones FOB. Ante la reciente imposición del programa de aranceles del 10%, el gobierno chileno ha expresado su intención de mitigar su impacto o explorar posibles ventajas, aunque las estrategias específicas aún no han sido reveladas. El Ministerio de Hacienda ha señalado planes para negociar la aplicación del tratado de libre comercio vigente con Estados Unidos, buscando suspender o reducir aranceles cuando sea posible, al tiempo que descarta tomar represalias inútiles, a diferencia de otros mercados.
La positiva reacción de los activos financieros en la última sesión —incluyendo los CDS, el peso chileno, las acciones y los bonos soberanos y cuasi soberanos— refleja la confianza del mercado en la capacidad de Chile para enfrentar estos desafíos. La extensa red de acuerdos de libre comercio con economías desarrolladas posiciona al país favorablemente para diversificar sus relaciones comerciales, lo que podría permitirle asegurar concesiones o involucrarse en transacciones mutuamente beneficiosas con el gobierno estadounidense. Como el país con el mayor índice de apertura comercial en América Latina, Chile está bien equipado para sortear turbulencias económicas. Se anticipa que otras naciones también buscarán reducir los aranceles a cambio de entregas de productos o inversiones, un desarrollo que podría aliviar riesgos, aunque los resultados siguen siendo inciertos.
Industrias afectadas por los aranceles: identificando ganadores y perdedores
El ministro de Hacienda de Chile, Mario Marcel, ha señalado la intención del gobierno de entablar un diálogo y abogar por una reevaluación de los aranceles estadounidenses. Sin embargo, de manera preliminar, parece que estos aranceles podrían hacer que las exportaciones chilenas de productos agrícolas como uvas, arándanos y salmón sean menos competitivas frente a sus equivalentes producidos en EE.UU. Por ejemplo, las exportaciones de frutas de Chile hacia Estados Unidos totalizaron US$1.780 millones en 2024, con las exportaciones de uva representando US$894 millones. Las exportaciones de salmón al mercado estadounidense fueron valoradas en US$2.500 millones en el mismo período. Estos sectores son significativos para la economía chilena, lo que ha motivado la elaboración de propuestas destinadas a mitigar los efectos negativos de los aranceles.
En contraste, la administración Trump ha otorgado exenciones arancelarias a una variedad de productos, muchos de los cuales son producidos por Chile, incluyendo cobre, oro, litio, renio y otros minerales. Para contextualizar, Chile exportó US$6.570 millones en metales a Estados Unidos, de los cuales los cátodos de cobre representaron US$5.860 millones.
Aunque Chile mantiene una posición sólida, no es inmune a la desaceleración global
El análisis del estado actual del panorama económico chileno revela a un país preparado para el crecimiento, pero susceptible a repercusiones indirectas derivadas de las tensiones comerciales internacionales. A pesar de su infraestructura económica y financiera robusta, Chile sigue siendo vulnerable a las consecuencias más amplias de las disputas comerciales globales. Una preocupación notable es la desaceleración anticipada del comercio internacional, que podría afectar negativamente las trayectorias de crecimiento de los principales socios comerciales de Chile.
Como un actor neutral en el mercado global, el bienestar económico de Chile está intrínsecamente vinculado a los desarrollos internacionales. Si los países afectados por los aranceles estadounidenses responden con medidas similares, la situación podría escalar en una espiral perjudicial de aumentos arancelarios, tensando aún más las relaciones económicas mundiales. Creemos que el comercio podría convertirse en una herramienta de presión estratégica (es decir, volverse “armamentizado”), dando lugar a nuevas y sin precedentes regulaciones.
También preocupan los altos niveles de incertidumbre que generan estas disputas comerciales. Esta imprevisibilidad suele llevar a que las empresas posterguen planes de inversión a la espera de señales económicas más claras, mientras que las instituciones financieras podrían restringir el acceso al crédito ante el aumento de riesgos. Estas dinámicas son especialmente perjudiciales para Chile, una economía pequeña pero altamente integrada, que depende en gran medida del comercio global para su desarrollo. La disminución en los volúmenes de comercio y la desaceleración del crecimiento global erosionan el soporte externo crucial para la expansión económica de Chile, como se refleja en la caída de los mercados bursátiles globales que afecta a los ahorrantes locales con inversiones en dichos activos. Los fondos de pensiones, un componente clave del ahorro en Chile, ejemplifican esta vulnerabilidad.
Aunque Chile no ha sido objeto de aranceles tan significativos como otras naciones, las fuertes cargas arancelarias sobre socios clave como China afectan indirectamente a su economía. Los posibles desafíos de crecimiento en China representan una amenaza para las perspectivas económicas de Chile. En última instancia, el impacto general de los aranceles trasciende las fronteras, provocando un aumento en los costos para los consumidores estadounidenses y una consiguiente reducción de la demanda, lo que agrava la desaceleración económica global.