Activos locales: ¿cómo posicionarse para 2024?
En este BTG Webinar revisamos las perspectivas del mercado local de renta fija y renta variable del equipo de BTG Pactual Asset Management.
Hace 2 años
Durante los últimos meses, los activos locales han estado marcados por un escenario internacional dominado por la volatilidad de tasas en economías desarrolladas. El fuerte ajuste del Treasury —en niveles que no se veían desde 2007— obligó a recalibrar expectativas y frenó el impulso que habían mostrado los mercados emergentes hacia fines de 2022. Aun así, la trayectoria de política monetaria comienza a mostrar señales de alivio: tanto la Reserva Federal como los bancos centrales de la región se acercan al punto de inflexión de sus ciclos, y las proyecciones sugieren recortes que podrían abrir espacio para un entorno financiero más favorable durante 2024.
En este contexto, Chile ha transitado un año de actividad contenida pero con sorpresas positivas en el margen. La economía, originalmente proyectada a contraerse, hoy se aproxima a un crecimiento cercano a cero, mientras que las expectativas para 2024 se ajustan al alza. La mejora en el consumo de bienes durables, la corrección de importaciones y una caída sostenida en la inflación global han contribuido a estabilizar el panorama interno. Sin embargo, el país sigue mostrando indicadores mixtos: sectores como la minería exhiben señales optimistas, mientras que la construcción continúa afectada por vacancia, defaults y un costo financiero elevado.
El mercado local ha respondido con una estructura de tasas que se mueve en línea con la curva internacional. La expectativa es que el Banco Central continúe bajando la TPM, aunque con un ritmo difícil de anticipar: la entidad ha sorprendido al mercado en varias decisiones recientes y mantiene abierta la posibilidad de recortes más agresivos si la inflación lo permite. Este proceso ha fortalecido la tesis de que la parte corta de la curva ofrecía el mejor refugio durante 2023, y que ahora comienza a emerger una oportunidad más clara para capturar duración en un escenario global donde la inflación cede y los ciclos restrictivos comienzan a agotarse.
La trayectoria del tipo de cambio también ha jugado un rol relevante. La depreciación del peso ha estado influida tanto por movimientos globales del dólar como por la interrupción del programa de acumulación de reservas. Aunque el impacto inicial generó un ajuste rápido, el mercado volvió a alinearse con las dinámicas externas y dejó en evidencia que gran parte de la presión cambiaria proviene del contexto internacional más que de factores domésticos.
La renta fija chilena, afectada al inicio del ciclo por la volatilidad internacional, presenta hoy niveles de tasas que lucen atractivos en relación con su historia reciente. El diferencial entre curvas nominales y reales sugiere espacio para una compresión en la medida que avance el ciclo de recortes del Banco Central, y la concentración de liquidez en instrumentos de corta duración anticipa un desplazamiento natural hacia mayores plazos a medida que las tasas comiencen a disminuir. Esto se refuerza con la reactivación del apetito de inversionistas institucionales, que han retomado compras en licitaciones de Tesorería y en instrumentos corporativos.
El mercado accionario chileno, por su parte, ha mostrado resiliencia a pesar de que las utilidades agregadas del IPSA han estado distorsionadas por la abrupta caída de Vapores. Al ajustar este efecto, las utilidades de las empresas se mantienen en niveles superiores a los promedios históricos y muestran un patrón de crecimiento transversal para 2024. La baja en tasas, la normalización de inventarios en el retail, la solidez del sector financiero y el dinamismo de los malls han configurado un escenario donde los múltiplos se mantienen por debajo de su media de largo plazo, abriendo un espacio para expansión si mejora el clima político y se reduce la incertidumbre.
Las valorizaciones, todavía comprimidas, siguen siendo uno de los pilares de la tesis positiva para los activos locales. Cada vez que la bolsa chilena ha transado en múltiplos similares a los actuales, los retornos a 12 y 18 meses han sido consistentemente altos. La caída en el costo de capital, impulsada por tasas más bajas y menores premios por riesgo, podría acelerar este proceso, especialmente si el escenario constitucional y electoral contribuye a estabilizar expectativas.
En síntesis, el panorama para 2024 combina tasas altas que ofrecen puntos de entrada atractivos, una economía que supera las proyecciones más pesimistas y un mercado accionario cuyo potencial se expande a medida que se normalizan utilidades y se disipa la incertidumbre. La convergencia de estos factores sostiene una visión constructiva para los activos locales, respaldada tanto por fundamentos macroeconómicos como por el comportamiento reciente de los flujos de inversión.