Visión de mercados globales
En este BTG Webinar analizamos el panorama de los mercados internacionales en un contexto de medidas de Trump, crecientes temores de recesión y una acelerada rotación de activos.
Hace 9 meses
A comienzos de 2025, los mercados globales acumulaban retornos mixtos, con un liderazgo claro de los commodities y un desempeño más moderado en acciones y renta fija. El dólar mostraba una depreciación frente a monedas desarrolladas y emergentes, aunque seguía fuertemente apreciado en términos reales. En ese escenario, el debate sobre una eventual recesión en Estados Unidos tomó fuerza, alimentado por datos de consumo más débiles, ajustes en la balanza comercial y el impacto de las nuevas medidas arancelarias de la administración Trump. Sin embargo, los indicadores duros de actividad —producción industrial, empleo privado e ingresos personales— no mostraban aún un cuadro recesivo para los próximos trimestres.
La volatilidad reciente también estuvo marcada por dos factores: la imposición de aranceles a Europa, China, Canadá y México, y el impacto del desarrollo de nuevas tecnologías de inteligencia artificial que cuestionaron el costo real de adopción futura y el retorno marginal de las grandes inversiones en data centers. Estos elementos llevaron a correcciones en empresas tecnológicas estadounidenses y, al mismo tiempo, impulsaron la rotación hacia acciones internacionales, especialmente en Asia, donde sectores como tecnología listada en Hong Kong destacaron con fuertes retornos en el inicio del año.
En Estados Unidos, las valuaciones siguen por encima de sus promedios históricos, aunque las estimaciones bottom-up aún sugieren espacio de crecimiento en utilidades. Las probabilidades de recesión, medidas por encuestas, modelos de curva y mercados de apuestas, se sitúan entre 25% y 40%, lejos de los niveles críticos del período 2022–2023. La Reserva Federal, en tanto, proyecta menor crecimiento y una inflación algo más persistente, lo que refuerza la permanencia de tasas altas por más tiempo. El ajuste en la hoja de balance —que reduce el ritmo de ventas de Treasuries— también configura un escenario donde la tasa larga parece cerca de su valor justo en torno a 4,3%.
Frente a ese contexto, la renta fija internacional muestra spreads ajustados y valorizaciones exigentes, lo que exige mayor selectividad. En el lado accionario, varias regiones fuera de Estados Unidos ofrecen múltiplos más atractivos, incluidos Europa y parte de Asia emergente. El dólar, pese a su retroceso reciente, sigue caro en comparación histórica, lo que favorece estrategias más diversificadas en moneda.
En Chile, el IPSA acumula uno de los mejores desempeños globales del año, con retornos de doble dígito en pesos y más de 20% en dólares. La combinación de valorizaciones todavía castigadas, un ciclo político que históricamente ha favorecido la compresión de múltiplos y la expectativa de mayor ahorro privado tras la reforma de pensiones sustenta el optimismo para los próximos meses. Los escenarios comparados con elecciones anteriores muestran que la bolsa chilena podría seguir expandiéndose, incluso bajo supuestos conservadores de utilidades y múltiplos.
Hacia adelante, el panorama queda marcado por tres fuerzas principales: la magnitud real del efecto arancelario en el comercio global, la respuesta de la inflación en Estados Unidos ante este nuevo marco y la dinámica de crecimiento doméstico que pueda sostener el rally local. Si la inflación cede en la segunda mitad del año, Chile podría recuperar espacio para recortes adicionales de tasas, lo que abriría una nueva ventana para bonos de mayor duración y reforzaría la valoración relativa de la renta variable.