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Por estos días, el mercado de los commodities está inquieto.

Por estos días, el mercado de los commodities está inquieto; el valor del cobre llegó a mínimos históricos por la agudización de la guerra comercial y han comenzado las naturales especulaciones sobre el futuro del metal rojo.

Bajo nuestro análisis, las minas chilenas de cobre no están en peligro directo por los anémicos precios de las materias primas, esto debido a que Chile ha seguido una fuerte disciplina en mantener los costos y, solo con la excepción de 2016, siempre ha logrado conservarlo bajo el valor spot. Sin embargo, esto no deja a la minería chilena inmune a la reducción de los márgenes, que incluso podría verse exacerbada por posibles cambios en la legislación medioambiental.

Por ejemplo, hace algunas semanas, el Senado de Chile aprobó por amplia mayoría comenzar la discusión de un proyecto de ley de protección de glaciares que busca limitar y, en algunos casos, prohibir la actividad industrial próxima a sitios de conservación natural. Si bien no podemos cuantificar el efecto hasta que la ley esté aprobada, no hay dudas de que incluso en el mejor de los casos se necesitaría nueva tecnología que aumentaría el gasto operativo de las mineras.

Por otro lado, a medida que el mundo se descarboniza, la minería también ha buscado reducir su dependencia de los combustibles utilizando equipos eléctricos y autónomos que le permita mejor productividad y eficiencia, pero que generan mayores costos debido al precio de la electricidad.

Aún con todo lo anterior, estamos seguros de que Chile tiene espacio para adoptar nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, resistir un entorno de bajos precios, que vemos poco probable por la creciente necesidad de infraestructura y la descarbonización. Sin embargo, a largo plazo, las condiciones geopolíticas y los obstáculos ambientales podrían frenar nuevos proyectos mineros y limitar el desarrollo de algunos que estén en curso.