
Las razones que abren paso al optimismo
Hace 5 años
El pesimismo gira hacia una incipiente estabilización que, dados los bajos niveles de actividad y magras expectativas, son un atractivo punto de partida
Hernán Martin, gerente general, BTG Pactual Asset Management
Comenzada la etapa de desconfinamiento, es relevante detenernos a analizar los mercados. En mayo, ad portas de la parte más álgida de la pandemia, el IPSA estaba en 3.600 puntos. Hoy, en 4.000 puntos -un 10% arriba-; el S&P ha subido 16% desde entonces, mientras que el Bovespa, un 30%.
En Chile, un 10% es muy bueno, pero hay que reconocer que este desempeño está influido negativamente por los problemas internos. En otros indicadores, la tasa del BCU 10 está en torno a -0,30%, en el mismo nivel de mayo; el dólar se ha ido depreciando fuertemente a nivel global estos tres meses, lo cual se refleja levemente en el peso chileno, el cual pasó de $814 a los $790 actuales: un 3% de apreciación del peso. El cobre ha tenido un avance de 24%, como otros metales relevantes.
Afuera, a pesar de mantener cifras altas de contagio -como en Florida o California-, el S&P continúa subiendo y no se observan grandes preocupaciones del avance de la pandemia; todo, en medio de la entrega de resultados trimestrales de las empresas, que han sido algo más positivos de lo previsto. En Chile, estamos en otra fase. El negativismo está dando paso a una incipiente estabilización que, dado los bajos niveles de actividad y las magras expectativas de recuperación, son un atractivo punto de partida para un cambio de tono que pueda traducirse en un mayor optimismo. Las comunas se están reabriendo, las constructoras reiniciando faenas y los comercios comenzando sus funciones.
Si bien es demasiado aventurado proyectar recuperaciones rápidas y que las sorpresas negativas no volverán a aparecer, muchos activos en Chile se mantienen con valorizaciones muy atractivas. Así, una vez que las variables exógenas al mercado comiencen a decantar, los fundamentales recuperarán su protagonismo, situación que de alguna manera ya estamos viendo.
Donde ha habido un cambio importante es en política. Más allá de lo recurrente y profundo de los últimos cambios ministeriales, resalto los aspectos positivos. Esto ordena la discusión política y debería alinear al menos al oficialismo, pudiendo dar paso a una nueva fase de discusión legislativa.
Otro aspecto positivo es que se despejan ciertos riesgos, en un minuto levantados como significativos: el rescate del 10% de las AFPs. Si bien una venta desordenada y abrupta tenía el potencial de causar muchos problemas en el mercado de capitales local, este proceso se está llevando de manera muy ordenada, donde tanto el BC, como el regulador y las mismas gestoras, hicieron un gran trabajo.
En cifras gruesas, las AFPs administran cerca de US$200 mil millones, de los cuales US$90 mil millones están afuera. Los US$110 mil millones internos están invertidos mayoritariamente en renta fija, con lo cual era esperable una repercusión en los activos nacionales. De acuerdo a lo que conocemos, las solicitudes de rescate hoy llegan a más de 8 millones de personas, alcanzando montos que sobrepasarían los US$14 mil millones; gran parte las AFP posiblemente ya los tienen financiados. Definiciones importantes respecto a estos Fondos, como permitirles el uso de repos, en muy poco tiempo y con el consecuente beneficio para la población de contar con ese dinero, es destacable y está funcionando, para que no veamos un impacto significativo en los precios de activos locales.
Respecto del PIB, hace tres meses estábamos con un tono más negativo. Hoy, en el margen, las expectativas se están recuperando. Es cierto que en niveles muy bajos, pero lo importante es el movimiento marginal. Es efectivo que el retiro de los Fondos de Pensiones recrudece la situación previsional de nuestro país, pero coyunturalmente esto debiera tener un impacto positivo en las expectativas de PIB de este año, lo cual creemos aún no se ajustan y evidentemente pueden ser un golpe anímico adicional. Creemos que gran parte del 10% va a ir a gasto y, en consecuencia, será muy positivo para el sector comercio, que ha estado muy golpeado.
Una de las cosas destacables de esto es que, según la última encuesta CADEM, el porcentaje de personas que considera que los ahorros en las AFPs les pertenece, saltó desde 56% al 86%; sin duda, algo muy positivo para el sistema. Nuevamente, esperamos que el cambio político venga a ordenar la discusión y que todo el desorden que hemos visto no nos haga perder el foco de largo plazo.