El impacto que ha tenido el coronavirus en los mercados globales ha sido sin precedentes, y el del petróleo no está exento del efecto.
Normalmente, pre Covid-19, el mundo consumía alrededor de 100 millones de barriles diarios. En momentos donde teníamos superávits demasiado altos, como en 2009 con la crisis financiera, o en 2014-2015 con la crisis interna dentro de la OPEP, tuvimos desbalances que fueron cercanos a 3 millones de barriles. En tanto, el desbalance que vimos en abril de este año fue de 30 millones de barriles diarios. Es algo sin precedentes, que ningún analista de petróleo soñó ver en su vida.
Luego, en mayo, vimos una mejora gradual, con un desbalance en niveles de 20 millones, en parte por dos razones: el inicio paulatino de la reapertura de las economías -es decir, mejora en la demanda-; y, segundo, el acuerdo que hizo la OPEP a fines de abril, pero que empezó a regir en mayo.
Así, mientras el mundo se seguía abriendo, ese desbalance siguió cayendo, y entramos a agosto con un mercado totalmente balanceado; hoy, podemos estar hablando de que el mercado del petróleo está balanceado. Tanto que, de hecho, en agosto, la OPEP y los países que forman parte decidieron incrementar su producción de crudo en casi dos millones de barriles diarios, principalmente liderados por Arabia Saudita, Kuwait y Rusia.
¿Qué tenemos en este momento? Fundamentalmente, un mercado balanceado. Sin embargo, hay una nueva preocupación que está pesando en el mercado del petróleo, y es el miedo futuro de nuevas cuarentenas como resultado de segundas olas de contagios; y dos, temor con respecto a la producción de países de la OPEP que tuvieron disrupciones antes de la pandemia, como es el caso de Libia.
No obstante, continuamos teniendo un punto de vista positivo del petróleo; de hecho, no descartamos que hacia el final del año esté a niveles de US$ 50, básicamente como resultado de dos razones: primero, económica, ya que para el mundo en general todavía no es rentable producir petróleo a niveles de US$ 35 – US$ 40 WTI.; y, segundo, el “banquero central” del petróleo, la OPEP, liderada por Arabia Saudita, no tiene ningún incentivo para que el crudo esté por debajo del US$ 40 o US$ 45. Si miramos los niveles que la mayoría de los miembros de la OPEP necesita para balancear sus cuentas fiscales son de US$ 80 – US$ 85. Entonces, tiene esos incentivos alineados por varios frentes, por lo que tenemos un punto de vista positivo del petróleo.
Daniel Guardiola,
Head of Equity Research BTG Pactual Colombia.
El impacto que ha tenido el coronavirus en los mercados globales ha sido sin precedentes, y el del petróleo no está exento del efecto. Normalmente, pre Covid-19, el mundo consumía alrededor de 100 millones de barriles diarios.
En momentos donde teníamos superávits demasiado altos, como en 2009 con la crisis financiera, o en 2014-2015 con la crisis interna dentro de la OPEP, tuvimos desbalances que fueron cercanos a 3 millones de barriles. En tanto, el desbalance que vimos en abril de este año fue de 30 millones de barriles diarios. Es algo sin precedentes, que ningún analista de petróleo soñó ver en su vida.
Luego, en mayo, vimos una mejora gradual, con un desbalance en niveles de 20 millones, en parte por dos razones: el inicio paulatino de la reapertura de las economías -es decir, mejora en la demanda-; y, segundo, el acuerdo que hizo la OPEP a fines de abril, pero que empezó a regir en mayo.
Así, mientras el mundo se seguía abriendo, ese desbalance siguió cayendo, y entramos a agosto con un mercado totalmente balanceado; hoy, podemos estar hablando de que el mercado del petróleo está balanceado. Tanto que, de hecho, en agosto, la OPEP y los países que forman parte decidieron incrementar su producción de crudo en casi dos millones de barriles diarios, principalmente liderados por Arabia Saudita, Kuwait y Rusia.
¿Qué tenemos en este momento? Fundamentalmente, un mercado balanceado. Sin embargo, hay una nueva preocupación que está pesando en el mercado del petróleo, y es el miedo futuro de nuevas cuarentenas como resultado de segundas olas de contagios; y dos, temor con respecto a la producción de países de la OPEP que tuvieron disrupciones antes de la pandemia, como es el caso de Libia.
No obstante, continuamos teniendo un punto de vista positivo del petróleo; de hecho, no descartamos que hacia el final del año esté a niveles de US$ 50, básicamente como resultado de dos razones: primero, económica, ya que para el mundo en general todavía no es rentable producir petróleo a niveles de US$ 35 – US$ 40 WTI.; y, segundo, el “banquero central” del petróleo, la OPEP, liderada por Arabia Saudita, no tiene ningún incentivo para que el crudo esté por debajo del US$ 40 o US$ 45. Si miramos los niveles que la mayoría de los miembros de la OPEP necesita para balancear sus cuentas fiscales son de US$ 80 – US$ 85. Entonces, tiene esos incentivos alineados por varios frentes, por lo que tenemos un punto de vista positivo del petróleo.
Daniel Guardiola,
Head of Equity Research BTG Pactual Colombia.
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