
“Chile necesita reunirse en un nuevo pacto social”
Acemoglu llamó la atención respecto de la desigualdad en el descontento social.
Hace 5 años
Una asistencia récord de cerca de un millar de personas repletó el Seminario Latam Focus 2020 del banco de inversión BTG Pactual en el Hotel W. Pero en una semana marcada por la agenda femenina, llamó la atención que una de cada 30 personas fuese mujer. En ese contexto, casi totalmente masculino, el economista Daron Acemoglu, profesor del MIT, intentó aplicar los conceptos del libro «El pasillo estrecho», que escribió junto a James A. Robinson, al momento político y social que vive Chile.
Tras su presentación de cerca de una hora, tuvo una breve conversación con el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, y la investigadora del CEP Sylvia Eyzaguirre. Aunque no fue directo en su discurso respecto al momento constitucional de Chile, Eyzaguirre le consultó si él consideraba que Chile necesitaba de una nueva Constitución. Tras un extenso preámbulo, Daron Acemoglu, profesor del MIT: su respuesta fue: «Para mí lo más crítico es que Chile necesita reunirse en torno a un nuevo pacto social», un pacto que, agregó, debe responder a las necesidades sociales más sentidas, como las de pensiones, salud o educación.
El economista turco de 52 años intentó rebajar los temores a escribir una nueva Constitución al hacer referencia a que varios países, como Alemania y Finlandia, tienen constituciones más o menos nuevas y han funcionado bien, dando equilibrio y estabilidad a sus naciones. Explicó que las constituciones para los países actúan como codificadores o sintetizadores de las demandas de la sociedad, por tanto las naciones deben actuar proactivamente para responder a ellas.
En su libro, Acemoglu plantea que al hacer un balance entre el poder del estado y el poder de la sociedad existe un estrecho pasillo por donde puede actuar la libertad; si el poder del estado se extralimita o el poder de la sociedad se extralimita, esa libertad queda en riesgo. Por tanto, lo que Chile y todas las sociedades requieren es tender hacia un equilibrio entre estas dos fuerzas que interactúan de manera de tender a una estabilidad con libertad.
Y en esa línea, siente la necesidad de que los chilenos nos pongamos de acuerdo en un marco básico de principios en los cuales la sociedad esté de acuerdo, de manera de no «salirse de ese pasillo». Este camino ocurrió para Chile, dijo, con el golpe de Estado, en que el país perdió la libertad tras un escenario de alta polarización.
Algo similar había señalado el presidente ejecutivo de BTG Pactual, Juan Guillermo Agüero, en el sentido de la incertidumbre que genera la redacción de una nueva constitución levantada sobre una hoja en blanco. Por eso llamó a los sectores políticos a generar un acuerdo en torno a principios mínimos que considere la nueva Carta Magna para dar tranquilidad al mundo inversor, como los principios de derecho de propiedad, autonomía del Banco Central y un manejo responsable de las finanzas fiscales.
Aunque el ministro de Hacienda antecedió a Acemoglu, de quien se declaró seguidor, ya había anticipado conceptos que el propio profesor del MIT explicaría más adelante. Briones dijo que los chilenos «tenemos la oportunidad en la construcción de una hoja de ruta económica y social para transitar hacia una sociedad de acceso abierto, es decir, con instituciones políticas y económicas mucho más inclusivas». E hizo un guiño contingente: «la paridad para el plebiscito va en esa línea». O, agregó, «que el origen no determine tu punto de llegada, tus proyectos, sueños e ideales, que no solo es asunto de justicia y dignidad, sino que es lo más eficiente del mundo porque aprovecha todos los talentos y no desperdicia ninguno».
Acemoglu reiteró en su discurso esta idea, haciendo énfasis en que la desigualdad en Chile es un factor detonante del descontento social y que pese a que nuestro país ha mejorado sus índices, como lo destacó antes Briones, sigue siendo muy desigual. Hizo referencia a la histórica concentración oligárquica del poder político en Chile, a la que llamó «una élite homogénea», el mismo grupo que mantiene el poder. Por tanto, sostuvo, el país debe transitar desde esa oligarquía hacia una mayor participación de la sociedad en las decisiones, un camino que debiera permitirle mantenerse dentro del estrecho pasillo.