
“En los próximos cuatro o cinco años, la industria de los hoteles va a colapsar”
«En los próximos cuatro o cinco años, la industria de los hoteles va a colapsar»
El ex director ejecutivo de Singularity University dice categórico que «las grandes compañías están colapsando de manera global», una disrupción que cree tardará algo más, pero que también llegará a la industria energética y minera. «Todo va a ir transformándose hacia lo solar. ¡Chile tiene energía solar de manera gratuita!», advierte.
Hace 6 años
Salim Ismail lleva años hablando de tecnologías disruptivas, de start ups que harán temblar a empresas gigantes, de organizaciones exponenciales y de personas que se oponen a cualquier cambio. Algunos lo han catalogado como «futurólogo», además de emprendedor.
Con esos títulos se presentará este martes como el invitado estrella del Latam Focus 2019 de BTG Pactual, en el que hablará sobre lo que más sabe: cómo las empresas deben adaptarse a los nuevos tiempos, del clic, de los millennials, de las tecnologías disruptivas, a disrupciones como Airbnb, que siendo el hotel más grande del mundo no ha invertido en tener una sola habitación.
El ex director ejecutivo de Singularity University -que en Chile tiene su símil y hacen programas ejecutivos para empresas sobre disrupción tecnológica y era digital- ahora trabaja desde la consultora OpenExO y es un reconocido charlista. En conversación con «El Mercurio», hizo algunos pronósticos poco auspiciosos para varias industrias que, según dice, podrían desaparecer en los próximos años, tal como las conocemos.
Como consultor, Ismail ha estado enfocado en combatir los «sistemas inmunes de las organizaciones», aquellos agentes que se oponen, per se, a todo cambio. «He estado asesorando al poder judicial de Colombia, y al sistema de transporte de Medellín y al de Miami. En Medellín tienen el problema de los taxis versus Uber. Para que la tecnología pueda progresar tenemos que solucionar este problema del sistema inmune», dice. «Si tratas de actualizar la educación, todos los profesores se van a ir en contra tuya. Es lo mismo que los taxis con los Uber. La persona que está haciendo una tarea, se va a resistir al cambio», afirma.
En 2016, fue cuando hizo una de sus últimas predicciones. Dijo que el 40% de las empresas como las conocíamos entonces iban a terminar. Y algo de eso dice que está pasando hoy. «Estamos viendo que las grandes compañías hoy están teniendo un gran problema en mantener su capitalización de mercado. General Electric tiene la mejor gestión del mundo y está colapsando. Estamos viendo que las grandes compañías están colapsando de manera global. Todas están experimentando esa situación y lo vamos a seguir viendo de manera creciente, especialmente en la industria digital y la información. Nos vamos a demorar más en ver que la disrupción llega a las compañías de energía y de minería, pero va a ocurrir», responde.
«El costo de Airbnb para agregar una habitación es casi cero»
Apunta ahora sus dardos hacia una de las industrias más grandes del mundo: los hoteles. «Airbnb es el hotel más grande del mundo, y no tiene ninguna habitación. El único secreto detrás de las organizaciones exponenciales es que tienen un costo muy bajo de suministro. El costo de Airbnb para agregar una habitación es casi cero, en cambio el Marriot tiene que invertir millones».
Por eso, agrega, o se adaptan las grandes cadenas, o van a tener que desaparecer. «Yo predigo que, en los próximos cuatro o cinco años, la industria de los hoteles va a colapsar, porque estamos teniendo estas habitaciones compartidas. También las aplicaciones de autos van a hacer colapsar a los servicios tradicionales de autos. La industria de la energía que conocemos hoy va a ir colapsando en los próximos tres años. La energía solar va a tener una preeminencia, porque todo va a ir transformándose hacia lo solar», dice. «¡Chile tiene la energía solar de manera gratuita! El petróleo va a caer a US$ 20 por barril en los próximos años y eso ya no va a mejorar», agrega.
Otra de sus tesis es que los CEO de las empresas, así como sus dueños, no están del todo conscientes de este cambio que se avecina. «Algunos lo saben, pero lamentablemente se han negado a creerlo. En Canadá, por ejemplo, 40% de las exportaciones son petróleo, y la economía va a colapsar en 10 años», apunta.
En particular sobre Chile y su industria minera, Ismail apunta a que todavía el país no desarrolla la tecnología necesaria para extraer el cobre desde los relaves o vertederos de cobre. «20% de todo el cobre está en los vertederos, y no hay tecnología para extraerlo. Esto está teniendo un efecto en el precio».
Por lo mismo, les manda un mensaje a los empresarios chilenos: «La tecnología nos está entregando una gran abundancia en términos de energía, agua limpia, salud. Tenemos que organizar a los negocios y la sociedad de manera diferente para aprovechar al máximo los beneficios que la tecnología está produciendo».
«Las personas que no se adaptan, van a tener que salir de las compañías»
Otra de las grandes discusiones es la «amenaza» que significaría para los trabajadores humanos el arribo en masa de la inteligencia artificial. Ismail descarta de plano tal temor. «No creo en absoluto que sea una amenaza», comienza diciendo. «En los 90 creamos los cajeros automáticos para automatizar la entrega de dinero, y muchas personas pensaban que iban a perder sus trabajos. Lo que ocurrió es que el costo de crear una sucursal y operarla descendió muchísimo y los bancos empezaron a crear más sucursales, pero el trabajo no desapareció. La automatización no reduce los empleos, sino que aumenta el rendimiento, la productividad», afirma.
«Lo que hemos averiguado con la introducción de las nuevas tecnologías es que las personas se adaptan. Las personas que no se adaptan, van a tener que salir de las compañías. Y los que sí se pueden adaptar, van a estar mejor”, recalca.
También pasa un mensaje a los Estados. «Los gobiernos tienen una oportunidad increíble de digitalizarse y bajar los costos drásticamente. Hay un gran potencial para los países que están dispuestos».
En el mismo punto, dice el experto, todo el debate sobre si cobrar o no impuestos a las plataformas digitales, debería reenfocarse hacia otra pregunta. «Sí deberían (pagar impuestos), pero la pregunta de fondo es que hay que revisar el contrato social. El beneficio de tener Uber o Lyft es muy poderoso. Yo me fijaría en qué podríamos sacar de un modelo cooperativo, como es Uber. El valor del modelo es gigante. En el momento en que entró Uber en Estados Unidos, el número de conductores que iban ebrios manejando se redujo a la mitad. Tiene que ponderar los pros y los contras.
«Los millennials van a empezar a asumir el liderazgo de los países»
Sobre los principales consumidores de estas tecnologías disruptivas, los millennials, Ismail es menos dramático que otros críticos. «Ellos están creciendo en un ambiente totalmente digital. Les pasaría el liderazgo de los países a ellos, los millennials van a empezar a asumir el liderazgo de los países. Ellos se comprometen de manera diferente».
Frente al manejo de información privada, y que ha tenido a compañías como Facebook en aprietos, Ismail es tajante. «Si yo pudiera sugerir algo a todos los gobiernos, sería que se aseguraran de que cada ciudadano sea dueño de sus propios datos. Es tiempo de regular a los gigantes tecnológicos, como Facebook, Amazon, porque ellos están utilizando la información que uno maneja en la red y debería ser de uno. Hay un uso inapropiado y esto es lo que el gobierno debiera proteger. Si compro algo, si posteo algo, Amazon o Facebook podría ser dueño del 50% de esa información y la otra mitad debiera ser mía».
Para rentabilizarlo, y que sea un negocio compartido, Ismail propone que el portador de los datos sienta que gana algo y que se pague por ellos. «Los datos portan un gran valor, el creador de los datos debiera beneficiarse también».